Tengo un zumbido constante en el oído, no me deja pensar, no me deja dormir; me sorprende un poco que me permita escribir.
Ese asombro se derrumba ante la idea de que esta es mi manera de hacerlo desaparecer, al menos por un rato. Me persigue, es como una sombra, vive en mí.
Maldito zumbador!!
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